Relacionado con las emociones… qué difícil es acertar
al intervenir en un conflicto que surge en el parque con tu hijo.
¿Qué hago le ayudo y regaño al niño? Hago como que no
veo nada… Y que lo resuelva él aunque le cueste un llanto o incluso un empujón.
¿Hablo con los papás?
Cómo en casi todo no existe una respuesta adecuada, lo más importante es no hacer siempre lo mismo para que el niñ@ no se acostumbre a que, o bien le ayudamos siempre y así no saca su carácter, o por el contrario se queda siempre con la frustración de que no consigue salirse con la suya y además se siente solo.
En cuánto a tratarlo con los papás de los otros niños,
¡es un tema delicado! Puede que el problema se agrande y que la reacción
empeore las cosas y al fin y al cabo son cosas de niños… por lo tanto os
sugiero que ¡esta sea la última opción!
En definitiva, la resolución de conflictos de
cualquier índole y a cualquier edad pone de manifiesto nuestra autoestima,
confianza y empatía, por lo que si nuestro hijo tiene bien desarrolladas estas habilidades podrá
gestionar los problemas de forma resolutiva y eficaz.
¡De ahí la importancia de hablar de emociones!
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