Ya no tenemos tiempo de jugar, vamos demasiado deprisa y no encontramos un momento para recordar esa sensación tan placentera que despiertan los juegos de la infancia.¡Menos mal que tenemos la suerte de ser papás de unos niños juguetones!
Tan importante cómo jugar con vuestros hijos es que ellos sean capaces de jugar solos, por eso cuando tenemos un rato para dedicarles al 100%, sin llamadas, sin agobio o sin pensar en otras cosas, el disfrute es infinito. De la misma manera es importante educarles en la autonomía del juego, es decir, al principio estaremos con ellos para enseñarles cómo hacerlo o para centrarles en la tarea que deben llevar a cabo...pero poco a poco nos iremos separando para que sea él quien se entretenga solo.
Qué suele pasar¿?, que nos demandan que volvamos con ellos o si no, ya no son capaces de jugar y nos persiguen por la casa. Bueno, como ya sabéis, las cosas no se consiguen de la noche a la mañana: es lógico que si están acostumbrados a nuestra compañía no se conformen tan rápido.
Lo que debemos hacer es separarnos poco a poco: de estar en el suelo con ellos pasamos al sofá, después nos vamos a la mesa y posteriormente les diremos: "cariño ahora vengo..."(eso si, siempre manteniendo el contacto visual).
Ya veréis cómo después simplemente con felicitarles, apoyarles con la mirada o animarles cuando no les sale algo, les sirve para saber que estamos con ellos.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que sabemos cómo empezar el juego pero nos cuesta terminar... y al final desemboca en rabieta! esto suele pasar porque el juego termina de manera repentina, sin que el niño sepa que llega el final o sin dedicar tiempo a recoger. Tan importante es jugar como recoger, si lo hacemos de forma lúdica se convertirá en una rutina más!
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