lunes, 19 de septiembre de 2016

YA ESTÁ AQUÍ, YA LLEGÓ...

Familias que iniciáis la vuelta al cole con vuestros hijos, algunos por primera vez y otros repitiendo experiencia y profes que empezáis un curso nuevo con ganas y energía, el temido periodo de adaptación “ya está aquí, ya llegó…” como dice la canción de “La patrulla canina”, esa serie perruna que tanto gusta a nuestros peques.

Cuando acaba el curso no nos acordamos y nos da la sensación de que nuestros niños han llegado contentos y con el abrazo preparado al ver a su pofe todos los días. Pero no amigos, al empezar sus días en el cole sobre todo los nuevos, pero también algún antiguo, padres, abuelos, niños y nosotros los profes pasamos por unos días angustiosos donde la entrada y acogida se convierte en un momento de pucheros y más pucheros, gritos, pataletas y donde los pobres niños no quieren estar allí y no tienen consuelo, ni con canciones, ni con cuentos, ni con nada… NO, NO y NO!!!

Llevan un mes y en algunos casos casi dos con horarios y rutinas alteradas, en la playa, en el pueblo…con los abuelos, con los primos, con amigos y de repente un día les volvemos a dejar en la escuela como si no hubiera pasado nada. Ellos, como es lógico, no entienden nada y lo único que quieren es seguir con mamá y papá o con los abuelos.

Los lunes son complicados, tienen en mente el fin de semana que se asemeja bastante a las deseadas vacaciones, pero según va pasando la semana la cosa mejora, se van sientiendo más seguros, van interiorizando las rutinas, van disfrutando de los juegos y de las canciones…hasta que llega de nuevo el lunes y volvemos a empezar con un cúmulo de sensaciones y emociones que ni entienden, ni saben explicar. Sus emociones se traducen en esas lágrimillas y lo que quieren es que les reconfortemos y les consolemos.


Los papás y mamás tenemos una labor fundamental y debemos ayudar, comprender y animar a nuestros hijos en este momento tan especial, dejándolos siempre con una sonrisa (aunque la procesión va por dentro), intentando no dramatizar, no llevándoles agarrados para facilitar la separación, hablándoles de lo bien que se lo van a pasar, de todos los amigos que van a tener, transmitiendo confianza en la educadora, teniendo mucha comunicación entre la escuela y la familia y por supuesto convencidos de que va a ser algo puntual.

La paciencia tiene que ser nuestra guía con los peques, con los papis y con los abuelos que se aferran a sus nietos como si no hubiera un mañana y hacen, a veces, oídos sordos a nuestras recomendaciones.

De repente un día todo se calma y los niños van entendiendo que la escuela es un ratito y que todos los días papá o mamá vuelve a buscarnos y empiezan a entrar al aula con una sonrisilla, un tímido abrazo…madre mía casi está hecho!!!

Según avanza el curso los niños se van convirtiendo en nuestros niños, vamos conociendo a las familias, vienen contentos a la escuela, algunos no se quieren ir y en junio todo nos parece un espejismo…PERIODO DE ADAPTACIÓN??? MIS NIÑOS??? QUÉ VA!!!!

Mª Jesús Nogueroles Cañizares
Maestra de Educación Infantil y Pedagoga

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