lunes, 10 de abril de 2017

VIVIR LAS EMOCIONES DESDE PEQUEÑOS

LA FAMILIA EL PRINCIPAL EDUCADOR EMOCIONAL

Los niños/as deben aprender a gestionar sus emociones, en estas primeras edades la familia es el modelo para adquirir esta capacidad ¿pero qué hacer cuando los pequeños/as se frustran? ¿Cómo puedo ayudarles?

Hay factores que facilitan la baja tolerancia a la frustración:
- evitar que se encuentre obstáculos en el camino
- justificar siempre cualquier comportamiento que pueda frustrarles
- el temperamento hace que sea más fácil o más difícil manejar ciertos comportamientos
- el pasar poco tiempo en familia hace que en los ratos que están juntos sólo quieren que estén bien, evitando que lloren o enfaden.



Todo esto, va favoreciendo que estos niños/as vayan desarrollando:
– Poco control emocional (“explosiones” emocionales, rabietas, llantos,…)
– Más impaciencia y falta de reflexividad “(¡lo quiero ya!)”
– Demandantes y exigentes. “Mandones y tiranos”
– Poca flexibilidad y adaptación a cambios en el entorno.  “O es blanco o negro”.

Este patrón de comportamiento en el que ante la menor dificultad el niño/a responda con llanto, enfado, verbalice expresiones como “no me lo deja, no me lo da, no me sale, no puedo, no quiero…” buscando que alguien le quite rápidamente el malestar, es propio de este modelo educativo parental.

¿Qué podemos hacer para ayudarles a tolerar la frustración?
Dar ejemplo: si ven que los adultos son capaces de exteriorizar sus emociones, pensamientos y barajar alternativas de actuación; ellos irán aprendiendo estos mismos comportamientos.
Decir que NO: aceptar que no se puede conseguir, hacer, ni decir todo lo que quiere es un aprendizaje fundamental para la vida.
Animarle a expresar todas las emociones (no hacer que desaparezcan dándole lo que quiere…), a aceptarlas y a valorar alternativas de actuación; pero no ceder ante sus rabietas.
– Repetir frecuentemente mensajes como “equivocarse es natural, todos nos equivocamos”; “Vuelve a intentarlo, saldrá bien”. Esto le ayudará a aprender de la frustración.
– Para conseguir algo hay  que esforzarse y el esfuerzo requiere tiempo y paciencia. Que asuman poco a responsabilidades y adquieran autonomía.
– No prestar atención cuando aparezcan los comportamientos derivados de la baja tolerancia a la frustración y reforzar siempre los comportamientos adecuados.

La atención de papá y mamá es lo más importante y valioso que los niños/as tienen, por ello, en los momentos de berrinche hay que dejarles unos minutos hasta que percibamos que la intensidad del mismo disminuye y es entonces cuando debemos acercarnos para ayudarles a salir y explicarles cómo se sienten.

En definitiva, ayudarles a crecer es también enseñarles que en la vida no todo saldrá como quieren y que no por ello tienen que “hundirse”. Esto se aprende enfrentándoles a situaciones en las que se experimente la frustración y estar a su lado para contenerles emocionalmente.

Natalia Torres Thomas
Maestra y Pedagoga 
Coordinadora de Proyectos de Cero6

1 comentario:

  1. ¡¡Que importante que desde pequeños ayudemos a nuestros peques a gestionar sus emociones!!

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