Digo
que sigue viva la polémica, porque seguimos escuchando, viviendo y participando
de las discusiones que se generan alrededor: ¿deben las familias entrar al
aula?¿nos sentimos los equipos docentes cuestionados cuando entran? ¿son
las familias elementos que ayudan o más bien, al contrario? ¿alas o anclas?
Las
familias, son el eje fundamental de la infancia, niños y niñas viven con sus
familias y, desde las múltiples familias que hay en nuestra sociedad, se educa
de múltiples maneras. Además, también hay distintos tipos de docencia, por lo
que la diversidad no debería suponer un escollo. Más bien al contrario,
podríamos sumar fuerzas para poder intentar hacerlo, todos y todas, mejor.
No
deberíamos verlo como una invasión por parte de las familias a nuestra escuela,
ni las familias deberían sentir esa invasión por parte de los maestros y
maestras de sus hijos e hijas. Quitarnos los complejos sería un primer paso
para poder entendernos, porque asumamos un hecho: por el bien de los niños y
niñas, estamos "condenados/as" a entendernos.
Este
entendimiento tiene que pasar por una confianza de ambas partes, sabiendo que
todo lo que hacemos, en casa y en la escuela, es por el bien de el alumnado, y
tiene que pasar también, por un proceso de escucha activa y cooperación, en el
que todas las partes se sientan escuchadas, tenidas en cuenta, y guiadas en el
proceso cuando sea necesario.
El
profesorado, se encuentra en un plano distinto al de la familia, y no por ello, ha de estar por
encima, ni por debajo. La familia debe escuchar con respeto las opiniones y las
formas de hacer de los y las profesionales que están con sus hijos, pero por
otro lado, el profesorado, ha de escuchar también, con el mismo respeto, a las
familias, el contexto en el que viven, y dejarlas participar en la educación de
los niños y niñas.
En
mi experiencia en aula, tanto en infantil como en primaria, he tenido la
oportunidad de que las familias vinieran a mis clases y suele ser un momento
bonito, de unión, de convivencia, algo tan necesario en estos tiempos.
Conocernos, cuidarnos, querernos... todo ello sirve para crear un mejor
ambiente, donde las relaciones son lo primero y se convierten en la base del
aprendizaje, puesto que un buen ambiente, genera confianza y propicia el
aprendizaje.
Ponernos
en común, todos y todas, puede ser un paso para mejorar la educación. Sólo uno,
desde luego, pero no perdemos nada intentándolo.
Adela Martín López
Coordinadora de Proyectos Cero6http://ademarloteacher.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario