En estos primeros días de inicio de curso son muchas las familias que acuden a las escuelas de padres, para hablar sobre la adaptación de los más pequeños, cómo funciona la escuela y cómo colaborar con ella.
En algunas ocasiones nos encontramos familias nerviosas, preocupadas por el momento de cambio que están sufriendo tanto ellos como sus hijos/as, y en otras es muy satisfactorio darse cuenta que la tarea educativa de las educadoras es valorada por las familias, todos esos nervios, horas de preparación de materiales y dolores musculares varios… se ven recompensados con creces!
El motivo principal por el que las familias matriculan en las escuelas es la necesidad de conciliar trabajo y familia pero en los últimos años se valoran otras cosas como, el equipo educativo, las instalaciones, el proyecto educativo, la cercanía la metodología de trabajo que se lleva a cabo en el centro. Son todas señas de identidad del centro que junto con la transparencia y la comunicación familia-escuela nos ayudan a educar a los niños/as en consonancia. Todos se muestran expectantes por entender y ayudar en el proceso de adaptación de sus hijos/as, algunos siguen llorando a la entrada pero al recogerles están tranquilos y otros desde el primer día entran contentos.
¡Quédate conmigo!😢 |
¿Es normal que ahora no coma bien o duerma peor?, cuando llego a casa no me deja ni ir al baño, se muestra mucho más cariñoso o triste, … estas conductas son propias del período de adaptación el cambio les produce alteraciones en las rutinas, por ello no debemos alarmarnos y pensar que ya va a ser así, el paso de los días irá normalizando la situación y si se mantienen las rutinas y las normas previas a la escolarización los niños/as volverán a su comportamiento habitual.
La comunicación es primordial en estos momentos, debemos contarnos aquellas cosas que nos facilitan conocerles mejor pero no sólo lo que consideramos importante sino también anécdotas y planes familiares que nos dan pie a que los niños/as se expresen sin palabras en el momento de la asamblea y piensen ¡pero está profe cuánto sabe de mí es mágica!
Cuando en las escuelas se crea este clima de confianza entre las familias y la escuela se pueden escuchar frases como; “para mí las cámaras son mi fuente de aprendizaje” si veo que la profe le deja la cuchara o le sienta en una silla lo hago, porque sé que es lo mejor… o “admiro como lleva un grupo y yo no puedo con uno”.
Efectivamente cuando en una reunión de familias se llega a la conclusión de que queremos saber lo que se hace en el aula para hacerlo igual, queremos recibir pautas y estrategias para ir todos a una, se puede decir que la familia está en la escuela, que el niño/a nos va a ver como un todo y se sentirá feliz y seguro como en casa.
Natalia Torres Thomas
Coordinadora de Proyectos Cero6
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