Cada vez son más los centros que fomentan la participación de las familias en la vida de la escuela infantil: las escuelas de padres, la comunicación con las educadoras, las reuniones, las tutorías, la colaboración en fiestas y días especiales, etc. hacen que exista una relación fluida entre las dos principales fuentes de educación y si esta comunicación es bidireccional y sincera, apoya la evolución de los más pequeños en estos primeros años de vida donde es fundamental el amor y la confianza para el desarrollo de la autoestima.
Las escuelas de padres son un servicio que se presentan para dar soporte a las familias en aquellas situaciones cotidianas que les puedan resultar más complicadas solucionar en casa.
Es una cita para compartir aquello que les preocupa: cómo conseguir que duerman solos, cómo enfrentarnos a las temidas rabietas, los celos del hermano pequeño y todo lo que pueda surgir… se crea un ambiente cercano y de confianza donde ¡todos se sienten cómodos!
Durante el primer trimestre del curso escolar las temáticas más demandadas por las familias suelen ser la adaptación a la escuela, las rutinas en casa o saber decir no.
Muchas veces, la vuelta de vacaciones implica pasar por unos días de adaptación en los que los llantos y las despedidas de mamá y papá cuestan mucho…y si además le sumamos la pérdida de las rutinas se complican un poco más las cosas… y cómo dirían las familias “son muy pequeños para poner normas y límites”…
En las escuelas de padres todos participan exponiendo sus dificultades, sus dudas, sus propuestas y también dándose consejos los unos a los otros, siendo esa situación precisamente, la que facilita la colaboración.
La puesta en común de diferentes situaciones permite relajar a las familias respecto a la angustia de sus hijos/as por las tardes, “no se quiere despegar de mí”, cómo volver a establecer la rutina del sueño, a veces, las familias reconocen que por comodidad lo llevaba a su cama y la importancia que tiene que todo esto se le transmita a la escuela para poder ayudar en el buen desarrollo del niño/a.
En estos encuentros se aprovecha para recordar la importancia de comunicarse con la escuela, y con las educadoras en concreto, través de la agenda, por ejemplo, para saber todo sobre los niños/as: cómo es, qué le gusta, qué no le gusta, qué cosas han hecho el fin de semana, qué le da miedo…
Y ¿para qué utilizan toda esta información?
Pues un buen momento puede ser la asamblea; la profe cuenta todas estas cosas, les da la oportunidad de poder expresarse sin palabras cómo se sienten, lo bien que lo han pasado o porqué están más flojitos el lunes… A todos/as se les queda una carita… “Ohhhhhh, eso es lo que quiero contar!”.
Natalia Torres Thomas
Pedagoga y Maestra de Educación Infantil
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