“Individualmente, somos una gota. Juntos, somos un océano”
Ryunosuke Satoro
Es por todos conocido que cuando los integrantes de un equipo no tienen la cohesión necesaria en su trabajo sucede que no funcionan con el nivel de eficacia deseado y por lo tanto, no consiguen los resultados esperados. Además suele aparecer algo mucho peor como conflictos que derivan en malas relaciones interpersonales, pérdida de motivación e insatisfacción personal.
Lograr equipos cohesionados, identificados con los objetivos y los valores de una organización, es el ideal hacia el que tienden las empresas, aunque no siempre es un objetivo fácil de conseguir.
¿TRABAJO EN EQUIPO O EQUIPO DE TRABAJO?
Cuando hablamos de trabajo en equipo, entendemos que los esfuerzos de un grupo de personas son los mismos para conseguir unos objetivos, un resultado común.
A raíz del trabajo en equipo, se establecen los equipos de trabajo, en los que el líder debe enfocar debidamente la acción y proporcionar a los integrantes las herramientas necesarias para que trabajen de forma adecuada.
Para que este trabajo en equipo sea eficaz, es necesario que todos ellos, adquieran unas pautas y unas cualidades entre las que despuntan el sentir que pertenecen a un proyecto común donde dependen los unos de los otros para alcanzar el objetivo marcado y también que son interdependientes.
Para conseguir los mejores resultados, los trabajadores deben realizar su trabajo de la manera más eficaz posible y coordinarse perfectamente.
Es fundamental, por tanto la capacidad de relacionarse con los demás para conseguir el máximo de beneficio, tanto a corto como a largo plazo.
Imaginemos una orquesta: en ella percibimos claramente las diferencias entre los distintos músicos que la componen. De hecho, si todos los instrumentos fueran el mismo, por ejemplo un violín, ya no tendríamos una orquesta; por eso es muy importante que cada músico tenga su propio instrumento e identidad.
Si trasladamos este símil a nuestras escuelas infantiles, encontraremos a un grupo de profesionales, cada uno con su personalidad, su formación y su trayectoria, pero con un único objetivo: proporcionar a los clientes el mejor servicio y la mejor atención.
Para ello el papel del director/a del centro es fundamental, ya que deberá ser capaz de reconocer en cada uno de sus colaboradores las fortalezas que posee y que le hace especial, único e imprescindible para su proyecto de escuela y, al mismo tiempo, saber con qué compañero/a es capaz de dar lo mejor de sí.
No hay que olvidar que gracias a una buena cohesión, nuestros clientes además de recibir un servicio excelente, percibirán una imagen de coherencia, solidez y efectividad en nuestra escuela.
Un buen líder deberá saber reconocer y destacar las cualidades y características de cada uno de los integrantes de su equipo; deberá saber gestionar la comunicación interna, dar libertad a la hora de exponer ideas, ser tolerante: aprendemos haciendo y errando por lo que los errores deben suceder...aunque no repetirse.
Emma Caminiti
Directora Departamento Formación
Cero6 Consultoría Educativa
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