domingo, 5 de octubre de 2014

¿QUÉ HAGO...?

Todos sabemos que aquello que se tiene que aprender implica un esfuerzo y tiempo, pero  no somos conscientes de que con las rutinas es igual.

Un niño de 2 años puede tener muy aprendidas las rutinas del cole pero en casa puede tratar de hacer otra cosa y sois los padres los que tenéis que dedicar tiempo y constancia para conseguir que lo haga en casa también.

Y si normalmente duerme bien, y últimamente se despierta....¿ será que tiene hambre?

Lógicamente si cena menos cantidad posiblemente sea hambre pero yo os recomendaría que no le dieseis un biberón porque puede convertirse en un reclamo para que se despierte todas las noches. El reflejo de succión les relaja por lo que al final les ayuda a dormir... mejor dadles un poco de agua, el chupete o acaríciale para que se vuelva a dormir. Lo importante es que aquello que utilizáis la primera noche se mantenga para que el niño entienda que así será como le vais a ayudar y no cogiéndole, dándole un biberón o llevándole a vuestra cama... Lo importe es la constancia en lo que decidáis!

¿Qué hacemos si no para de llorar y es de madrugada? es cierto que la paciencia es menor a esas horas pero la manera de calmarlo es la misma, si le cogemos la siguiente noche querrá lo mismo, será entonces cuando pensaremos con el paso de los días que vuestro hijo lo necesita... No es exactamente cierto, al principio cuando un niño se despierta lo que espera es conseguir dormirse de nuevo, por eso es tan importante pensar que vamos a hacer porque eso será lo que espere la siguiente noche que se despierte. Yo os recomiendo que le calméis meciéndolo en la cuna, un poco de agua, poner música relajante y paciencia..

Al principio os tendréis que levantar muchas veces pero poco a poco el tiempo y el número de veces que sucede será inferior hasta ¡dormir toda la noche como angelitos! Os animo a que confiéis en que lo vais a conseguir, que aunque es duro y el cansancio nos puede a esas horas de la noche si estáis convencidos de lo hacéis y os apoyáis el uno al otro, veréis como todo se normaliza.