lunes, 23 de marzo de 2015

Los cordones...

Después de dar clase en infantil, primaria...sea el ciclo que sea, he comprendido, por fin, que hay un contenido, un tema, que va a estar siempre presente: Los cordones y los zapatos!!!

Cuántas veces no nos hemos visto diciendo eso... a l@s pequeñ@s de primer ciclo, les ponemos o quitamos los zapatos en función del momento del día, les regañamos si se los quitan cuando creemos que no deben hacerlo ( será que siempre tenemos razón), les descalzamos para dormir...a medida que van creciendo, les insistimos en que se los aprendan a atar, y cuando son mayores creemos que si no les decimos que se aten...se precipitarán por el más terrible de todos los abismos.

" Y es que los zapatos son el reflejo de nosotros mismos y nuestra forma de ver el mundo y la educación. "


Unos zapatos pequeños y fuertemente atados, son asfixiantes, incómodos, generan sufrimiento y dolor...exactamente igual que unas normas demasiado restrictivas, que asfixian, angustian y crean ansiedades en l@s niñ@s.

Ok. No nos valen.

Cambiamos de número, esta vez, un número mayor. Pero nos queda grande, el pie baila dentro del zapato y no nos deja caminar seguros, mientras el pie quiere ir por un sitio, no sabemos por dónde querrá llevarnos el zapato... exactamente igual que unas normas inconsistentes, casi inexistentes. Si no hay una firmeza y una rutina, l@s niñ@s se sienten insegur@s, no saben qué pasará, y se debatirán entre lo que quieren,lo que deben y lo que pueden hacer. Si no saben qué esperar del adulto, que es su zapato, no sabrán a dónde dirigirse.

Elegir un número adecuado de zapato para nuestra aula no es tarea fácil, cada día está lleno de cambios, los alumnos cambian, nosotros cambiamos, las circunstancias cambian...el truco está en adaptarse a todos esos cambios con la mejor de nuestras sonrisas, imaginación y creatividad, cariño y decisión, el fondo de armario que todo maestr@ debe tener!!
Adela Martín López
Maestra de Educación Infantil y grado de Educación Primaria con mención en Inglés


lunes, 16 de marzo de 2015

¿Cómo conocen el mundo los bebés?

Tanto desde el campo médico como el educativo, hay una clara apuesta por la estimulación sensorial a edades muy tempranas, lo que antes era concebido como una ayuda en el desarrollo de un niño cuya maduración se aletargaba, hoy en día forma parte de la educación en las escuelas.

¿Y por qué? porque los procesos superiores del conocimiento, la inteligencia y el lenguaje se desarrollan a través de la información que recibe el niño a través de los sentidos. Con estos estímulos del entorno el niño elabora sus primeras sensaciones y percepciones que constituyen los procesos básicos del aprendizaje.

Viendo, tocando, oliendo y explorando el entorno mediante el movimiento, el niño va asimilando experiencias y descubriendo los objetos y sus características. De ahí la importancia de  estimular y ejercitar los sentidos. Por tanto, la riqueza de estímulos en intensidad, frecuencia y duración adecuada producirá un buen desarrollo del cerebro, logrando de esta forma un desarrollo armónico tanto de sí mismo como con el contexto que le rodea.

 

Un ejemplo de esto es la actividad de luz negra que os presentamos en este video; consiste en un pequeño teatro en el que tan solo acompañamos con música alegre y objetos de colores fluorescentes que brillan en la oscuridad. Para los niños supone una experiencia sensorial maravillosa en la que a través de la vista y el oído reconocen lo que está sucediendo.

¡No se asustan, al contrario, disfrutan del ambiente de magia que se crea!
 
Natalia Torres Thomas
Pedagoga y Maestra de educación infantil